INTERVIEW
Los actores españoles conquistan la Gran Manzana Jose Luis de Haro/ Nueva York | 8:00 - 19/08/2009
Detrás de la imagen estelar de Javier Bardem o Penélope Cruz existe un buen número de actores españoles que intenta hacerse un hueco en el estrellato de la Gran Manzana. Manhattan y Los Ángeles son dos mundos distintos, sin embargo, la ciudad que nunca duerme parece rendirse a los pies de los artistas patrios. "Un día me desperté y decidí dejar de lado mi casa,mi trabajo el perro y a mi marido para comenzar mi carrera como actriz". Con este impetu Noelle Mauri se lio la manta a la cabeza y decidió dar una oportunidad a su sueño dejando atrás una vida de lo más asentada y estable. "Comencé haciendo teatro de calle,doblaje y anuncios para la radio", sin embargo, esta joven de treintaitantos años reconoce que "el mundo del cine y el teatro en España es mucho más complicado". En medio de su nueva carrera como actriz, Noelle puso voz a los dibujos de Dora, la exploradora,Bob esponja y participó en series como Al Salir de Clase o Una nueva vida. Aún así le picó el gusanillo y tras conocer Manhattan se enganchó inmediatamente al mundanal ruido que inunda las calles de la Gran Manzana. "Nueva York me lo ha dado todo", explica. "No importa tu edad o tu apariencia, siempre encuentras algún papel distinto y es difícil encasillarte; en España siempre hacía de camarera o de enfermera", añade. Sobrevivir en Nueva York Por supuesto, sobrevivir en la cuna de los musicales y los rascacielos no es fácil. Hay que costear clases, conseguir un exponsor que corra con las burocracias del visado y sostenerse en una ciudad donde habitar una caja de cerillas suele ser caro. "No se me caen los anillos por cuidar niños o hacer otros trabajos que me permitan sostener mi carrera", dice Noelle. "Aquí las oportunidades son ilimitadas". Durante su paso por Nueva York, Noelle ha protagonizado multitud de cortos como The Hive,Misunderstand o Gods & Dolls, también ha pasado por las tablas del teatro en obras como Ser o no Cervantes,Macbeth, The Last Dance of The Laughing Hyena,La casa de Bernarda Alba o Good Sex, Good day. Además colabora muy de cerca con los miembros del repertorio español. Su única pega quizás reside en el sector latino que dado sus distintos acentos no terminan de acostumbrarse al castellano.